Monday, October 16, 2006

Diablo, difunto y elecciones


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VIOLETA YANGUELA

(DE EL NACIONAL, VESPERTINO DOMINICANO)


En su comparecencia en la reciente Asamblea General de las Naciones Unidas, el presidente Hugo Chávez se presentó armado de palabras. Las suyas y las de Noam Chomsky. El libro Hegemonía o Supervivencia del intelectual estadounidense le sirvió de compañía y de argumentos. En una entrevista posterior a su discurso, el presidente Chávez lamentaba la muerte del autor. Chomsky está agradecido. Su libro se convirtió en un éxito de mercado y por supuesto ha afirmado que sigue "vivito y coleando".

Con su diablo, su azufre y su declaración de difunto de un vivo, regresa a Venezuela para la campaña electoral en la cual aspira a reelegirse nuevamente en las elecciones a celebrarse el próximo diciembre. La votación histórica venezolana muestra que Hugo Chávez es el séptimo presidente más votado pero es al mismo tiempo el presidente electo con el menor porcentaje de participación electoral.

Como buen populista‑nacionalista, la estrategia política de Chávez ha sido polarizar hacia fuera en la búsqueda de argumentos de culpables externos que justifican la incapacidad interna y al mismo tiempo con el discurso nacionalista lograr el apoyo interno. Su contrincante político ha sido George Bush. En consecuencia, se acompaña de su amistad, admiración y apoyo al dictador cubano y del patrocinio a los candidatos presidenciales en sintonía con su discurso en los casos de Perú, México y Bolivia. En Ecuador apoya la candidatura de Rafael Correa en las elecciones presidenciales (celebradas este domingo) y de Daniel Ortega en Nicaragua. Sin contar sus relaciones con visitas y compromisos políticos‑económicos con estados totalitarios de Asia y Medio Oriente.

Sus relaciones exteriores y sus políticas internas están fundamentadas en el petróleo. En días recientes, el gobierno de Nicaragua, generadores de energía y los transportistas rechazaron los 84 mil galones de diesel enviados por Chávez a Nicaragua por considerar que Venezuela interviene en el proceso electoral ofreciendo dádiva a un partido. Por gestiones del Frente Sandinista, con su candidato Ortega liderando las encuestas, la empresa nicaragüense‑venezolana Albanic ha firmado un acuerdo para la importación de 10 millones de barriles de combustible anuales. Albanic es propiedad de Dionisio Marenco, alcalde sandinista de Managua. Es el mismo acuerdo de Petrocaribe firmado con Republica Dominicana con la diferencia de que en Nicaragua se firma con una empresa sandinista y en Dominicana con el gobierno.

Mientras tanto, el precio del petróleo hacia la baja y a pesar de que los datos oficiales de Venezuela suministran la información de que están produciendo 3.3 millones de barriles diarios, la OPEC y la Agencia Internacional de la Energía establece en su informe del mes de agosto de este año que la producción venezolana es de 2.5 millones por día. A esa disminución, habría que agregarle los 50 mil barriles diarios anunciada recientemente. Doble disminución, en el precio y en la producción.

En estas elecciones Chávez se enfrenta a un sólo candidato apoyado por la oposición y al parecer con inconvenientes en el instrumento que le ha servido para su política externa y para su política interna de asistencialismo para la población más pobre sustentadora del voto duro chavista. ¿Funcionará la petropolítica interna?

v.yanguela@verizon.net.do


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